Los últimos versos que te escribo

(Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo)

En este lugar nos cruzamos por primera vez. Debo confesarte que al principio te presentí lejano, inalcanzable en tu universo. Cuando te aparecías por los pasillos me cautivaba tu imagen de luz y de misterio, y si acaso, como al pasar, me dedicabas una sonrisa o una fugaz mirada caía rendida a tus pies si que lo sepas. Jugueteamos, siempre lo hacíamos, ya habíamos formado un lazo de confianza mutua. (el amor y la amistad tienen mucho en común)

Ahora que soy una esclava (y de mi propia voluntad) de este cariño que siento por vos, no puedo mentirte, no. Los fantasmas vuelven, siempre están regresando para atormentarme y confundirme más. Ellos son para mí una condena interminable, una fantasía macabra. Una revolución en mi, causo haber ido a la escuela ( esa escuela que durante mi secundaria fue cómplice de tantas idas y vueltas) después de tres años. Y saber que todo lo que allí había pasado ahí se había quedado. Ayer me encontré con una escuela vaciá, carente de anécdotas, oscura y con historias guardadas en un cajón.

Si algún día vuelves pregúntale a cualquiera y te dirán que mas de una vez me han visto andar sin rumbo, como vagabundo enferma de nostalgia, y si con eso no alcanza llamame y te presentare un vals, ese vals que tanto me cautiva y hace estallar en lagrimas mis ojos (ahora enfurecidos)

Ya se que estoy loca y vivo presa de mis delirios. Ya nada es igual, no!

Debo dejarte ir pero a la vez debo presionarte para que no huyas y me abandones, si decides venir. Ya sabrás donde encontrarme.

Esta necesidad de necesitarte,

este llamarte sin quererte llamar,

este olvidarme del deber de olvidarte…